El cantante que enloqueció con sus movimiento de caderas

Crónica de un Viaje a la tierra de Elvis

La casa de Elvis, sus aviones, sus autos y mucho más en este recorrido por la ciudad del cantante solista que más discos vendió en el mundo

Desde que mi abuela quedó sola, comenzamos a imaginar en nuestros mentes viajes a diferentes lugares del mundo, lugares tan lejanos y extraños que nosotras mismos nos asombrábamos, pero a la vez nos veíamos ahí. Nos íbamos a Merlo, Provincia de San Luis, luego pasábamos por Estados Unidos, Italia, Grecia y hasta llegamos a un crucero. Bueno, debo decir que varios hicimos realidad. Merlo no costó mucho por la cercanía del lugar donde vivimos (Buenos Aires, Argentina). Luego vino el crucero a Brasil. Viajar en crucero era compensado para ella. Y después comenzamos a pensar más seriamente en la posibilidad de ir a Norteamérica a visitar a su amiga de la infancia. Claro, teniendo amiga con casa en Filadelfia se hacía más palpable el viaje.Solo había una cosa difícil: sacar la Visa. Tanto hablamos del destino, de poder verla, de conocer Nueva York (ciudad donde había nacido su mamá) y de subir las escaleras de Rocky que finalmente nos necesitó y comenzamos con los trámites. Fue largo llenar los formularios, sobre todo cuando lo haces todo por dos, luego llegaron las fotos y finalmente la entrevista. Los nervios abundaban pero sabíamos que la obtendríamos. Y así fue, el 18 de septiembre, día de mi cumpleaños, el yankee, en su castellano un poco trabado, nos dijo: Su visa está aprobada. Y salimos más que contentas a planificar el viaje. el 18 de septiembre, día de mi cumpleaños, el yankee, en su castellano un poco trabado, nos dijo: Su visa está aprobada.Y salimos más que contentas a planificar el viaje. 

 

La idea era pasar unos días en Filadelfia y luego irnos a Nueva York, la gran ciudad. Pero a unos meses de salir, Irma, así se llamaba mi abuela, me dice que hablando con Ethel, rememorando viejas épocas, se les ocurrió ir a la casa donde vivía Elvis. Sí, Elvis Presley era el ídolo de ambas y habían bailado sus temas durante toda su adolescencia. Yo, que lo conocía pero no demasiado, y que no me importa lugar con tal de conocer algo nuevo, dije sí, vamos!

 

Y así fue que agregamos la ciudad de Memphis al viaje. Guille, el hijo mayor de Ethel, se sumó a la aventura y ofreció llevarnos en su camioneta. Entre los dos comenzamos a averiguar hoteles y llegamos a la conclusión de que The Guest House At Graceland era la mejor opción. Ubicado justo enfrente de la casa del cantante de rock más famoso del siglo xx, poseía habitaciones amplias, piscina, traslados al centro, y paquetes de estadía con entradas para visitar su casa-museo más todos los museos que hay alrededor. Ah, también apareció un almuerzo en el Hard Rock. Obvio que no dudamos y cerramos trato. Un 15 de abril, a las 7 am, estábamos subiendo a la camioneta con mate, galletitas y bolso más paraguas con la cara de Elvis, rumbo al estado de Tennessee.

 

 

Nos tomó dos días llegar desde Filadelfia a Memphis. Paramos a dormir a la noche en un hotel de ruta, aprovechamos para conocer Washington y disfrutar de las rutas americanas que son tan lindas, modernas y seguras. La ciudad nos esperaba con frío, mucho frío. Llegamos a la tarde y llovía un poco. Cansados, lo único que queríamos era comer algo e irnos a dormir. Así que aprovechamos el traslado del hotel, limusina rosa al estilo Elvis, y nos fuimos al centro a cenar y conocer un poco. Todo es Elvis y música, ya que fue aquí donde se originó el blues, el soul y, por supuesto, el rock´n roll. En su calle principal, hay barcitos por doquier, en casi todos hay músicos en vivo tacando, ya sea canciones del mismo Elvis Presley o de otros intérpretes;cabe mencionar que aquí también vivieron músicos como BB King y Johnny Cash. Hay negocios con instrumentos musicales en todas las cuadras; y obviamente, hay lugares de recuerdo con la figura de Rey del Rock. Finalmente, entramos a un bar en donde había fotos y objetos relacionados al cantante ubicados por todo el local. Una banda tocando su música ya nos hacía entrar en clima para lo que vendría el próximo día.

 

 

Al día siguiente, ya descansados, salimos rumbo a Graceland, el atractivo más importante de la ciudad. Realmente es impactante ya verla desde afuera. Tan grande y majestuosa, pero a la vez solitaria. Se puede hacer el recorrido sólo, con auriculares en tu idioma, los cuales van contando cada espacio que se va viendo en la mansión, además de su historia. Todo es grandioso, sus trajes, la decoración de la casa, sus instrumentos musicales, la colección de sus discos de oro y platino, su jardín y hasta su cementerio en donde está sepultado él y su familia.

 

 

Para el que no conoce mucho la historia de Elvis Presley, fue un cantante estadounidense muy popular en la década del 60/70. Creó un estilo propio de música, una fusión de música country y rhythm and blues,y sus movimientos de cadera y piernas fueron motivos de gritos de mujeres que lo vieron en vivo, todo una revolución para la época. Fue el solista con más ventas en la historia de la música popular, con sus más de 771 canciones grabadas, ganó 3 Grammys y uno en la categoría de Carrera artística, a la edad de 36 años. La casa la compró cuando tenía 22 años como regalo para sus padres, y usó ahí hasta su muerte, a los 42.

 

 

En la mansión, se puede ver el living, el cuarto de la planta baja, su estudio privado donde está el piano donde componía sus canciones y la cocina. La sala de billar empapelado como si fuera un abanico fue para mí el más extraño e impresionante. Todo, techo y paredes, revestidos como si ocurrieran un abanico al mejor estilo español. No creo que nadie tenga un espacio decorado así en su casa, vaya a saber qué pasó por su cabeza en ese momento, pero sin dudas es algo extravagante, digno de una estrella del rock. También se puede ver la oficina donde trabajó el padre, una sala de televisores en el subsuelo y el Jungle Room que también es un espacio fuera de lo común. La planta alta está cerrada al público, ya que pensarán en un espacio privado de la familia.

 

 

El tour no termina en su casa, al lado está el museo de los autos, en donde se ven todos los vehículos que tuvieron. Se puede observar algún Rolls Royce o un Ferrary, pero mi debilidad fue el Cadillac Rosa, creo que al igual que él. Sus modelos demuestran que realmente era una mega estrella y también marcan una época.

 

 

Además, junto a ellos está su avión privado, al que llamó Lisa Marie, el nombre de su hija. Se puede subir y verlo desde adentro, sus cinturones de seguridad chapados en oro, al igual que su lavabo en el baño, llamen realmente la atención.

 

 

Al otro día, ávidos de seguir conociendo la historia del cantante y de la música en Memphis, fuimos al estudio en donde grabó su primer disco, Sun Studio. Aquí te puedes parar en el mismo lugar donde se posó Elvis para grabar sus discos usando el mismo micrófono que usó él. Además, la guía te cuenta la historia del estudio de grabación, conocido mundialmente por ser el lugar donde nació el Rock´n Roll, y de todos los intérpretes que pasaron por el lugar. Nuestro recorrido siguió por el Rock and Soul Museum, que complementa la experiencia contándote la historia musical de Memphis, que comenzó en 1930 y tuvo su apogeo en la década del 70. Con objetos de época e instrumentos de numerosos artistas,nos cuenta cómo nació el rock y el soul y cómo los pioneros musicales superaron las barreras raciales y socioeconómicas para llegar a todo el mundo con su música. Nos faltó conocer la fábrica de Guitarras Gibson, que se encuentra en la misma zona, y es de las guitarras más famosas del mundo. Quedará para una futura visita.

 

 

Terminar el viaje con un almuerzo en el Hard Rock de Menphis fue una muy buena idea. Obviamente la exhibición del artista que predomina acá es la de Elvis, con muchos de sus discos y trajes, aunque también se pueden ver objetos de cantantes más modernos, como en cualquier local de la cadena. Hamburguesa americana como almuerzo, la atención muy amena de los mozos y el rock de fondo para que no olvides que estás en la ciudad donde creció y murió el cantante de rock con mejor movimiento de pelvis del mundo, fue la despedida perfecta.

 

 

Siempre en mi mente…pienso mientras me despido de Graceland. Y al mismo tiempo, veo en mi mente a Irma ya Ehtel, jóvenes, bailando el Jailhouse Rock, felices, sin pensar que algún día estarán en el lugar donde se originó este fenómeno.

 

 

Dedicado a Irma…

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