La ciudad del peregrino

Santiago de Compostela

 

Comenzó por ser lugar de paso junto a una vía romana, pero el descubrimiento de la tumba del Apóstol Santiago a principios del siglo IX hizo surgir un lugar de culto en los confines de una península a la sazón dominada por la invasión musulmana. Desde entonces toda Europa se echó a andar hacia Santiago, ciudad santa de la cristiandad en la que les esperaba la gracia de la absolución plenaria. Allí emergió una catedral románica a la que el transcurrir de los siglos quiso añadir la sobriedad del Renacimiento y la majestuosidad de un Barroco que terminó por trazar la imagen monumental de la urbe, hecha del granito de sus monasterios, sus hospitales de peregrinos, sus numerosas iglesias, sus casas señoriales y unas plazas en las que el tiempo escogió quedarse detenido.

 

La ciudad posee 16 museos y una sorprendente riqueza de arquitectura contemporánea, firmada por Eisenman, Hejduk o Siza, alrededor de la cual se extiende la más importante dotación de parques y jardines de toda Galicia.

Aquí hay mucho para hacer, sobre todo recorridos a pie, así que vale la pena quedarse, luego de terminar el camino, por 2 o 3 días.

 

 

 

Camino de Santiago