Un refugio en el Cerro Catedral

Refugio Lynch

Si visitas Bariloche en verano, este refugio es una linda opción para ver Bariloche desde lo alto y hacer un poco de montaña.

Llegamos a la base del Cerro Catedral, en la ciudad de San Carlos de Bariloche, a 1600 km aproximadamente de la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Es un mediodía de verano y la villa está desolada. Hay poca gente caminando y son más los negocios que están cerrados que los abiertos. Solo algunos bares y casas de venta de ropa de nieve liquidando. Tomamos la silla séxtuple, que nos llevará a un parador en el que haremos conexión con una silla doble para llegar al Refugio Lynch.

Subimos de un grupo familiar a las sillas, manteniendo la distancia, ya que por protocolo no se comparten más las sillas con desconocidos. Somos dos, así que vamos súper cómodas. El viaje comienza con un paisaje verde, con algunos edificios por debajo y un arroyo de piedras que se deja ver de a ratos. De a poco el entorno va cambiando, el suelo se vuelve árido, rocoso. De repente aparece el Lago Nahuel Huapi. Ya estamos en los 1.800 metros de altura, en el Refugio Lynch, el que tiene la mejor vista del cerro a mi entender.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Desde acá vemos la ciudad de Bariloche, el Cerro Otto, el Lago Moreno y también el Cerro Tronador. Por más gente que haya, acá reina el silencio. Esta es, realmente, una de las mejores vistas de montaña.

 

 

 

 

 

¿Qué se puede hacer aquí arriba? Desde sentarse a tomar algo o almorzar en el refugio mientras se contempla la montaña, a hacer fotos o salir a caminar. Hay dos caminatas relativamente cortas para hacer, una es el Trekking del Filo, de 40 minutos aproximadamente y de dificultad media, y otra es el Trekking de las Nubes, un poco más larga pero también de dificultad media. Ambas están señalizadas en el lugar y con un mapa explicativo. Para el que no quiere caminar, tomar algo en el refugio mientras se contempla el paisaje no es un mal plan. Se puede disfrutar desde cosas dulces hasta un rico almuerzo, y se puede tomar tanto adentro del refugio como afuera del mismo si el día acompaña.Además, hay varios lugares para hacer fotos y llevarte de recuerdo ese paisaje de montaña.

 

 

 

Ya de regreso, el paisaje en bajada es el mismo pero diferente, claro, visto desde otra perspectiva la cosa cambia y no deja de sorprenderte otra vez. Desde lo alto, se ve la villa completa, con todos sus hoteles, cabañas y negocios comerciales. También se ve su shopping, que en esta época está cerrado, todo acompañado por el sonido de los pájaros.

 

Llegamos a la base del cerro que sigue vacío en comparación a la temporada de nieve, en donde peatones y esquiadores invaden las calles de la villa y hay bullicio constantemente. En verano solo hay silencio, pero es un silencio que vale la pena visitar.

 

 

 

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